El ciclo del ganado, entre neblinas, amapolas y ríñales.

El ciclo del ganado, entre neblinas, amapolas y ríñales.

HISTORIA ORAL

EL CICLO DEL GANADO, ENTRE NEBLINAS, AMAPOLAS Y RIFALES

“La oveja no va a la cumbre a ponerse gorda, va a perder grasa de las raciones y la comida que se le pone aquí abajo»

Reproducimos el artículo Yuri Millares / en Pellagofio

Domingo Moreno sentado junto al sembrado de millo en una pausa una tarde que está recogiendo papas con su familia en el Llano de la Renta, en Caideros (Gáldar, Gran Canaria). | FOTO ISIDORO JIMÉNEZ

LA ISLA DE LOS QUESOS / En tierra de ovejas y trashumancias. “La oveja no va a la cumbre a ponerse gorda, va a perder grasa de las raciones y la comida que se le pone aquí abajo. Allí lo que come es pasto y hoja de almendrero”, explica Domingo Moreno, ganadero que este verano no va de trashumancia. En la cumbre no ha llovido y no hay “naíta”. [En PELLAGOFIO nº 88 (2ª época, septiembre 2020)].

Por YURI MILLARES

Con unas 200 ovejas y 50 cabras (las vacas las quitó hace pocos años), toda su vida se ha dedicado Domingo Moreno al ganado, como el padre, “y mi abuelo y mi tatarabuelo; esto aquí no era sino un manojo de ganado y agricultura”, dice. Estamos en el cortijo de Valerón, muy cerca de Caideros, en las medianías de Gáldar (Gran Canaria), tierra de ganado y de trashumancia desde hace muchas generaciones.

«DESDE QUE VA LLEGANDO FINES DE NOVIEMBRE LOS PASTORES SE IBAN PARA ABAJO A ESAS COSTAS, POR LOS FRÍOS»

“Esta es la mejor zona de oveja de la isla, de Pico Viento hasta llegar a la cumbre, por el piso que tiene. Ya desde que va llegando fines de noviembre los pastores se iban para abajo a esas costas, por los fríos, la nieve y la neblina que se bajaba. El que no se iba de esas cumbres lo pasaba mal”, relata. No quedaba otra para escapar de las bajas temperaturas y unas lluvias que, antes, eran muchos más abundantes. “Un tío mío que estuvo en Crespo le nombran aquello y tiembla por el frío. Las ovejas tenían que dejarlas de noche encerradas en un pajero porque, si no, por la mañana se echaban y no se levantaban, de congeladas de frío. Y de día no daban con ellas con la neblina”.

Pero, tras el invierno, a primeros de marzo las medianías altas “no eran sino amapolas, toda clase de sementeras sembradas, ya pegaban las lentejas a florecer. Eso era la tierra loca de lentejas, de arvejas y de todo eso. Se pasaban los animales hasta junio comiendo y dando leche con locura”, dice rememorando aquella escena de abundancia.

ENTRE EL 15 Y EL 20 DE JUNIO, LAS OVEJAS YA «SE DEJABAN DE ORDEÑAR CADA TERCER DÍA PARA QUE SE SECARAN, COGIERAN UN POCO DE FUERZA Y SE CARNERIARAN»

A las puertas del verano, entre el 15 y el 20 de junio, las ovejas ya “se dejaban de ordeñar cada tercer día para que se secaran, cogieran un poco de fuerza y se carneriaran*, para que volvieran a parir, porque no había ración”, continúa. Entonces tocaba ir a la cumbre, a Tejeda o a Artenara, “pasados los días de las Nieves –principios de agosto–, aunque en los años ruines (de poca agua) los animales se sacaban de aquí el 15 o el 20 de julio”.

Época de estio. Domingo Moreno con sus ovejas, que los últimos 25 años ha llevado a pasar el verano a La Candelilla, en la cumbre. | FOTO ISIDORO JIMÉNEZ

Es época de segar y “los que tenían una cabra, la estacaban; los que tenían un burro, lo amarraban. Después, vendían [se arrendaban pedazos de terreno] para entrar las ovejas y en los rifales* que no se le podía hacer nada, allí iba el ganado. En la tierra donde se araba y se sembraba se criaba una planta que le llaman colleja, que echaba una raíz larga y la escarbaban las ovejas con las patas: era la gran comida para ellas, un alimento tremendo”.

Terminado el estío, en los primeros días de noviembre “ya había que levantar el ganado de ahí dentro porque pegaba todo el mundo a sembrar otra vez, lloviera o no lloviera. ¡Sembraban todo, en medio de los almendreros a sacho y como dios los encaminaba!”.

Es el ciclo anual de la trashumancia en el norte de Gran Canaria, sobre todo para ir a las tierras más altas de la isla en verano. “La oveja no va a la cumbre a ponerse gorda, va a perder grasa de las raciones y la comida que se le pone aquí abajo. Allí lo que come es pasto y hoja de almendrero, que es un alimento bueno; y rama de almendrero verde de la que alcanza” dice Domingo Moreno. Los últimos 25 veranos ha estado yendo “a La Candelilla, en la raya de Tirajana, pero este año [2020] no voy a poder ir, porque no ha llovido. Allí no hay naíta, está la tierra como mismo la dejaron los animales. No brotaron ni los almendreros”, se lamenta.

Domingo Moreno, retratado durante la entrevnista. | FOTO YURI MILLARES
■ HABLAR CANARIO
La oveja limpia todo el ‘marullo’ a la vez que se alimenta

«EL PASTO ES MEJOR SI ES PEQUEÑO, ES DE MÁS ALIMENTO Y SE LO COME MEJOR EL GANADO»La frase de Domingo Moreno “la oveja es la escoba de la tierra”, resume la labor que realiza el ganado mientras se alimenta. “Limpia todo el marullo* de la retama, las hojas del escobón, la cáscara del escobón cuando echa semilla, la hoja seca que larga el tajinaste, todo es bueno por la temperatura y la tierra. El pasto es mejor si es pequeño, es de más alimento y se lo come mejor el ganado”. La hoja y la rama de almendrero es una de sus comidas favoritas, “una golosina tremenda para ellas”, asegura. La almendra también se la come “pero no la rumea* y al sacar el rumeo le viene la almendra y la bota para arriba. Donde ellas duermen se pueden juntar sacos de almendras y esa almendra nace, porque no está mucho tiempo en el estómago del animal. Hay amargas y de todo junto, pero ellas saben muy bien donde está el almendrero mollar [tierno]”.*VOCABULARIO
carnerear. “Oveja que hay llevar al macho”, cita el Tesoro lexicográfico del español de Canarias.marullo. Del portugués marulho, “la mescolanza, el conjunto” (Miguel Santiago en Contribución al léxico popular de Gran Canaria).rifal. Arrifal, “terreno baldío, erial” (F. Navarro y F. Calero en Revista de Dialectología y Tradiciones Populares).rumear. Rumiar, del latín rumigare (citado en Tesoro…) ●

Artículo original publicado en Pellagofio